domingo, 20 de junio de 2010

MANUEL BELGRANO ABOGADO-MILITAR-PERIODISTA-EDUCADOR

EN EL DÍA DE LA BANDERA UN HOMENAJE MERECIDO
Cada argentino debería leer minuciosamente las acciones de Manuel Belgrano. Su vida ha sido un ejemplo de entrega por lo que él suponía de valor, su Patria. Existen aspectos de su vida que no han sido revelados, los libros de primario y secundario ponen énfasis en su actuación militar mientras que su formación humanística adquirida en Europa se pone de manifiesto a partir de su llegada a Buenos Aires en 1794 cuando asume como secretario del Consulado en Buenos Aires.

SUS PRIMEROS AÑOS EN BUENOS AIRES  Y ESPAÑA
En Buenos Aires cursa las primeras letras . Alumno del Real Colegio de San Carlos , recibe lecciones de latín , filosofía , lógica , física , metafísica y literatura Antes de cumplir los l6 años , sus padres deciden que complete sus estudios en España , a donde viaja en compañía de su hermano Francisco.

Manuel Belgrano estudia en la Universidad de Salamanca . Se gradúa de bachiller en leyes en Valladolid a principios de l789 y el 3l de enero como abogado . Pero según su Autobiografía, nos expresa:

"Confieso que mi aplicación no la contraje tanto a la carrera que había ido a emprender , como al estudio de los idiomas vivos , de la economía política y al derecho público , y que en los primeros momentos en que tuve la suerte de encontrar hombres amantes al bien público que me manifestaron sus útiles ideas , se apoderó de mí el deseo de propender cuanto pudiese al provecho general , y adquirir renombre con mis trabajos hacia tan importante objeto, dirigiéndolos particularmente a favor de la patria.".

En España como en el resto de Europa se vivía el auge de los estudios sobre economía política y Manuel Belgrano se vincula con sociedades económicas y destacadas personalidades en esa materia . Va a sufrir la influencia de la Ilustración Española, que se diferencia de la francesa , ya que no deja de lado la religión y respeta la figura del monarca.
Llega a presidente de la Academia de práctica forense y economía política en Salamanca y durante su permanencia en Madrid es miembro de la Academia de Santa Bárbara ,del mismo género.

SUS PROYECTOS EN BIEN DE LA EDUCACIÓN
Se destaca su labor como secretario del Consulado, a partir de 1794 hasta los sucesos revolucionarios de 1810. Se preocupa por fomentar la agricultura, la industria y el comercio, tendiendo al desarrollo económico, sin descuidar el aspecto social. Para lograr un bienestar, no sólo material sino también a nivel humano, es necesario fomentar la educación, en los diferentes niveles.
En la primera Memoria de mediados de 1796, propicia la creación de una Escuela Práctica de Agricultores y otra de Comercio.
Su profundo idealismo, hace que se sensibilice frente a la situación de los habitantes de la campaña:
  “…Esos miserables ranchos donde se ven multitud de criaturas, que llegan a la edad de la pubertad, sin haberse ejercitado en otra cosa que la ociosidad, deben ser atendidos hasta el último punto. Uno de los principales medios que se deben adoptar a este fin son las escuelas gratuitas, a donde puedan los infelices mandar sus hijos, sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción; allí se les podrán dictar buenas máximas, e inspirarles amor al trabajo, pues en un pueblo donde reine la ociosidad, decae el comercio y toma su lugar la miseria”.

Belgrano propone que los niños aprendan las primeras letras, conocimientos matemáticos básicos junto con el catecismo, para luego ser admitidos por los Maestros menestrales, quienes les enseñarían su oficio, teniendo éstos la obligación de mandarlos a la Escuela de dibujo.
El cuidado de las escuelas gratuitas debía confiarse “a aquellos hombres y mujeres que, por oposición, hubiesen mostrado su habilidad y cuya conducta fuese de público y notorio irreprensible”.

Al estudiar estos proyectos que Belgrano presentara en 1796, al igual que los conceptos que sobre educación expusiera en el Correo de Comercio en 1810, Antonino Salvadores considera a Belgrano como “el verdadero propulsor de la educación, el verdadero padre de la escuela primaria argentina, pues él dio a la revolución la fórmula concreta de política educacional un cuarto de siglo antes de que Rivadavia iniciase las fundaciones que le han dado justo renombre’’.
Belgrano también se ocupaba de la educación de las niñas; proponía la creación de escuelas gratuitas para niñas, en donde se les enseñaría a leer, escribir, bordar, coser, etc., para combatir en ellas la ociosidad, y hacerlas útiles en su hogar, y permitirles ganarse la vida en forma decorosa y provechosa.

 El vasto plan que Belgrano proponía en la Memoria de 1796, abarcaba la creación de escuelas de agricultura, dibujo, arquitectura, primarias para niñas, de hilazas de lana, comercio y náutica. Sólo pudo ver realizada una mínima parte de su programa; la creación de escuelas de dibujo y náutica.

La escuela de geometría, arquitectura, perspectiva y todas las demás especies de dibujo contaría con el profesor Juan Antonio Gaspar Hernández y fue inaugurada el 29 de mayo de 1799. La Academia no iba a tener larga vida. Por orden real de 4 de abril de 1800, se manifestaba al Consulado que no se dispondría de dinero para mantenerla.

En 1813, la Asamblea Constituyente, a raíz de la victoria de Salta, dona a Belgrano la cantidad de 40.000 pesos. Este los destina a la fundación de cuatro escuelas; en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero, y elabora un Reglamento, que debía regir en las mismas. Belgrano presentó a consideración del gobierno el Reglamento.

EL reglamento disponía en su artículo primero que se destinaba a cada una un capital de 10.000 pesos, cuya renta de quinientos pesos costearía el sueldo del maestro de cuatrocientos pesos, y los útiles y libros de los niños de padres pobres, si resultaba un sobrante, se destinaba a premios de estímulo.

EL MAESTRO CENTRO DE LA ENSEÑANZA
En el artículo 8 del reglamento se disponía que en las principales ceremonias se le debía dar “asiento al maestro en cuerpo de Cabildo, reputándosele como Padre de la Patria”. En el artículo 18 se establecía; “El maestro procurará con su conducta, y en todas sus expresiones y modos, inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto a la Religión, consideración y dulzura en el trato, sentimiento de honor, amor a la virtud y a las ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio de todo lo que diga a profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional que les haga preferir el bien público al privado, y estimar en más la calidad de Americano que la de Extranjero”.
El reglamento fue conocido en Buenos Aires en julio de 1813 e influyó en la formación de los reglamentos de la provincia, pero especialmente tuvo una influencia decisiva en el reglamento de las escuelas de Córdoba del 10 septiembre de 1813.

Podemos decir que Manuel Belgrano se interesó por la educación en los distintos niveles, ya sea primario como terciario, y fue un precursor en fomentar la educación femenina, para que ésta gracias a la educación pudiera tener una mayor participación social.

EL PERIODISMO OCUPÓ UN LUGAR IMPORTANTE EN SU VIDA
Su actividad periodística comienza en el “Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata”, que empieza a publicarse el primero de abril de 1801, fundado y dirigido por el militar, abogado y escritor Francisco Antonio Cabello y Mesa. Belgrano  colabora en sus páginas junto a Juan José Castelli, Julián de Leiva, Domingo de Azcuénaga y otros. Después de editarse doscientos diez números se clausura en 1802.

Un mes antes de dejar de circular el “Telégrafo Mercantil”, aparece el “Semanario de Agricultura, Industria y Comercio”, bajo la dirección de un comerciante criollo llamado Juan Hipólito Vieytes que llega a publicar 218 números, entre el 2 de septiembre de 1802 y el 11 de febrero de 1807. 
Propicia el fomento de la industria, del libre comercio y sobre todo de la agricultura, según la corriente fisiocrática. Desarrolla las teorías enunciadas por Belgrano en sus Memorias económicas. 


El 3 de marzo de 1810, con la aprobación del Virrey Cisneros, se edita el “Correo de Comercio”, siendo los redactores Manuel Belgrano e Hipólito Vieytes. El periódico abarca 58 números, siendo el último ejemplar el del 5 de abril de 1811. La publicación se cierra sin aviso previo, estando Belgrano, su fundador, fuera de la capital. 

En el Instituto Nacional Belgraniano se podrá encontrar más detalles de su vida que aconsejo debería tenerse muy en cuenta ahora en el siglo XXI donde la educación debería ser condición prioritaria especialmente en la mayoría de las provincias.

Belgrano fue un hombre inteligente, sagaz, que puso al servicio de su Patria el conocimiento en favor de un pueblo que la realeza española tenía poco interés de suministrar.

Fuente: Manuel Belgrano.Gov.ar    

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