domingo, 6 de febrero de 2011

SEIS MEDIDAS PARA PROTEGER LA SALUD





Soluciones para los países en desarrollo

A MUCHAS personas les resulta difícil mantenerse limpias, sobre todo en lugares donde escasean el agua potable y los sistemas de saneamiento adecuados. Con todo, la higiene vale la pena, pues más de la mitad de los casos de enfermedad o muerte en la primera infancia se deben a microbios que se introducen en el organismo al tocarse la boca con las manos sucias o al ingerir alimentos o agua contaminados. Las siguientes recomendaciones que ofrece la publicación del UNICEF titulada Para la vida contribuyen a prevenir numerosos problemas de salud, en particular la diarrea.

1 Eliminar higiénicamente los excrementos

Los excrementos están llenos de microbios que pueden ingerirse y ocasionar enfermedades si tienen contacto con el agua, los alimentos, las manos o los utensilios y superficies donde se prepara y sirve la comida. La mejor forma de prevenir la propagación de tales microbios es eliminar por completo los excrementos. Para ello hay que hacer uso de los retretes o las letrinas y asegurarse de que no haya estiércol cerca de las viviendas, caminos o donde juegan los niños.

Si no hay retretes o letrinas, tienen que enterrarse inmediatamente las heces, incluidas las de los lactantes, pues portan bacterias que pueden originar enfermedades.

Limpiar periódicamente las letrinas y mantenerlas cubiertas. Cuando se use el inodoro, hay que asegurarse de dejarlo limpio.

2 Lavarse las manos

Lavarse las manos regularmente. No basta con enjuagarse las manos; a fin de eliminar los microbios hay que frotarlas con agua y jabón o con agua y ceniza.

Es importante lavarse las manos después de defecar o de limpiar a un lactante (o cualquier niño) que acabe de defecar. También hay que hacerlo después de tocar algún animal y antes de manipular alimentos o dar de comer a un pequeño.

Lavarse las manos protege de las enfermedades que causan unos pequeños gusanos visibles solo con microscopio. Estos viven en los excrementos, la orina, la superficie del agua y el suelo, así como en la carne cruda o poco cocinada. A fin de que no entren en el organismo es esencial lavarse las manos. Además, llevar calzado cerca de las letrinas impide que tales gusanos penetren en el cuerpo a través de la piel de los pies.

Los niños suelen llevarse las manos a la boca, así que conviene lavárselas a menudo, sobre todo después de defecar y antes de comer. Hay que enseñarles a lavarse las manos y a no jugar cerca de la letrina, el retrete y otros lugares donde se depositen excrementos.

3 Lavarse la cara todos los días

Para prevenir las infecciones oculares hay que lavarse la cara con agua y jabón todos los días. Lo mismo es aplicable a los niños. Una cara sucia atrae a las moscas, las cuales portan bacterias que producen infecciones oculares e incluso ceguera.

Es conveniente revisar los ojos de los niños con frecuencia. Si están húmedos y brillantes, son un indicativo de buen estado físico; pero si se observa sequedad, enrojecimiento, irritación o secreción, debe acudirse a un médico u otro profesional de la salud.

4 Utilizar solamente agua limpia

Las familias que disponen de agua limpia y la mantienen libre de gérmenes sufren menos enfermedades. El agua probablemente será potable si proviene de un sistema de tuberías bien construidas y conservadas, o de pozos o manantiales limpios. En cambio, si procede de lagunas, ríos y depósitos o pozos abiertos es fácil que esté contaminada, aunque puede utilizarse hirviéndola primero.

Hay que mantener los pozos tapados. Conviene lavar con regularidad los baldes, cuerdas y jarras que se utilicen para recoger y almacenar agua, y no dejarlos en el suelo, sino en un lugar limpio. Los animales tienen que mantenerse lejos de las fuentes de agua potable y de las viviendas. No se deben usar pesticidas ni otros productos químicos cerca de dichas fuentes.

En el hogar, el agua debe guardarse en un recipiente limpio y tapado. Lo ideal es que el envase cuente con un grifo; de no ser así, habrá que sacar el agua con un cucharón o taza limpios, sin tocarla nunca con las manos sucias.

5 Proteger los alimentos de los microbios

La buena cocción elimina los gérmenes. Es preciso que los alimentos estén bien cocinados, sobre todo las carnes. Las bacterias se reproducen con rapidez en la comida tibia. Por ello, hay que consumirla en cuanto esté lista. En el caso de que haya que guardar un alimento preparado durante más de dos horas, tiene que conservarse en un lugar frío o caliente, y si se va a consumir en otra ocasión, ha de cubrirse. Esta medida protege la comida de moscas y demás insectos. Cuando va a consumirse la comida, hay que recalentarla.

La leche materna es la mejor y la más segura para los lactantes y los niños de corta edad. La leche de origen animal pasteurizada o recién hervida es más segura que la que no se ha hervido. No deben utilizarse biberones a menos que se hiervan antes de cada uso, pues suelen contener microbios que provocan diarrea. Es mejor amamantar a los niños o emplear un recipiente limpio y abierto.

Es importante lavar la fruta y las hortalizas con agua limpia, sobre todo si los bebés y los niños pequeños van a ingerirlas crudas.

6 Eliminar todos los desperdicios domésticos

Los microbios son propagados por moscas, cucarachas, ratas y ratones, que suelen vivir entre desperdicios. Si en la comunidad no hay servicio de recolección de basura, los desperdicios domésticos se echarán en un hoyo y se quemarán a diario. Las viviendas tienen que mantenerse limpias y sin desechos.

Quienes sigan con constancia estas recomendaciones verán que en poco tiempo se convierten en parte de sus tareas cotidianas. No son difíciles ni requieren mucho dinero, y protegerán su salud y la de su familia.

1 comentario:

Seguace di Gesù dijo...

Muy útiles estas recomendaciones, todos tenemos que aprender a aplicarlas siempre. Un gran saludo