lunes, 14 de febrero de 2011

LA VINCHUCA Y EL MAL DE CHAGAS

EL MAL DE CHAGAS ES EL REGALO QUE NOS TRAE LA VINCHUCA


Juan Ignacio Manchiola recibió el Premio Latinoamericano de Periodismo en Salud durante un acto desarrollado en la Representación de la OPS en Buenos Aires.

Tema


El cambio climático aumenta el riesgo de transmisión del Chagas en un país que ni siquiera atiende sus áreas endémicas.


El Chagas en Argentina ya no es una enfermedad de los pobres. Es mucho más. Ha llegado a las ciudades. Este mal refleja la actitud del hombre, que insiste en modificar la naturaleza. Y con el cambio climático ya no habrá límites: en un país que poco hace en sus áreas endémicas, nadie sabe qué ocurrirá cuando el sur también sea invadido.

En los últimos tres años “hay un estancamiento manifiesto” en las acciones contra esta enfermedad transmitida por la vinchuca, advierte a este medio el doctor Mario Zainderberg, jefe coordinador nacional de vectores del ministerio de Salud de Nación, con sede en la noroccidental provincia de Salta.


LAS BAJAS TEMPERATURAS DEL SUR SON UNA DEFENSA
Argentina presenta todas las condiciones (ecológicas, climáticas y socioeconómicas) para la aparición y multiplicación del vector en provincias norteñas como Chaco, Formosa y Salta, en alguna porción de la céntrica Córdoba y de la occidental San Juan, y en “grado de altísimo riesgo” en Santiago del Estero (al noreste). Y “no hay dudas de que podemos esperar una extensión de la infestación hacia provincias del sur del país, porque la vinchuca se irá desplazando en su hábitat, ya que habrá más temperatura en regiones que por ahora son aún frías”, alerta Zainderberg.

LOS DESMONTES
El doctor Andrés Mariano Ruiz, director del Instituto Nacional de Parasitología “Dr. Mario Fatala Chabén”, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, define al Chagas como el resultado de la actitud del hombre al modificar situaciones de la naturaleza. “Se están produciendo desmontes en cantidad nunca pensada y es de pensar que los insectos que allí viven se irán desplazando a las ciudades”, amplía, en diálogo con RENA.

El vector siempre fue asociado a un hábitat rural, pero las cosas han cambiado. “Hay casas de material con vinchucas que ingresaron por los caños de la luz que fueron mal tapados. El panorama, de no actuar con programas sistemáticos y de lucha en varios frentes, es catastrófico”, arriesga el experto del centro de referencia nacional. La enfermedad de Chagas-Mazza es producida por un parásito unicelular microscópico: el Tripanosoma Cruzi. Se lo halla en la sangre y en los tejidos de las personas y animales enfermos. Se multiplica en el interior de las células de algunos órganos, por ejemplo el corazón, a los que daña seriamente.
La enfermedad también puede propagarse por las transfusiones de sangre o los transplantes de órganos (en Estados Unidos, un país que ha tenido que acostumbrarse a este mal que le era ajeno, hace tres años se produjo un multitrasplante cuyo donante era chagásico: infectó a tres personas).


TRANSFUSIONES DE SANGRE
La enfermedad también puede propagarse por las transfusiones de sangre o los transplantes de órganos (en Estados Unidos, un país que ha tenido que acostumbrarse a este mal que le era ajeno, hace tres años se produjo un multitrasplante cuyo donante era chagásico: infectó a tres personas).

PROPAGACIÓN
De la mano de los cambios en el clima se ha comenzado a ver proliferación vectorial en ciudades como San Juan y Mendoza, ambas en el oeste cordillerano. La más afectada es San Juan, donde según el testimonio de Ruiz hay una enorme proliferación de palomas en el casco urbano, con inmediata repercusión en el número de vinchucas que se alimentan de su sangre. En edificios abandonados de la peatonal del centro sanjuanino hay enormes nidos que las palomas construyen con su guano. Si se escarba en ellos “salen cientos de vinchucas”. Las más pequeñas se meten entre las plumas de las aves y se esparcen por toda la ciudad. “Por suerte hay palomas, porque sino irían a buscar alimento en los seres humanos, perros u otros animales domésticos, les chuparían la sangre y seguirían infectando hasta el infinito”.

VINCHUCAS EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Según el especialista, el cambio climático ha producido migraciones de la enfermedad. “La vinchuca fue siempre asociada a un hábitat rural, hoy ya no es tan así. Hay casas de material con vinchucas que ingresaron por los caños de la luz que fueron mal tapados. El panorama de no actuar con programas sistemáticos y de lucha con varios frentes es catastrófico”. En la provincia de Buenos Aires hace rato que hay vinchucas. Allí la transmisión no es vectorial, sino por migración de personas que llegan infectadas de otras provincias endémicas y de países también endémicos como Bolivia. El gobierno de la Capital Federal desde hace un poco más de dos años trabaja para combatir esta enfermedad, que ha tomado por asalto su antes virgen territorio.


En el Fatala Chabén concurren anualmente unas 15 mil personas a hacerse test serológicos empujadas por diversas razones (laborales, con síntomas). La seropositividad ronda el 40 por ciento, pero entre los bolivianos que habitan la ciudad de Buenos Aires crece a 7 de cada diez personas.


En 2005 se reunieron en Córdoba todos los jefes de Chagas del país, se hizo un diagnostico de situación y se les pidió que elaboren planes de acción. Se dio forma a un Plan Trienal para toda la Argentina. Hubo tropiezos y dilaciones y el plan llegó finalmente a manos del ex ministro de Salud Ginés González García, quien promovió el llamado Programa Federal de Chagas. “Un engendro”, según Zaindenberg.


El desastre llegó a niveles inconcebibles. Entre 2004 y 2005 no hubo medicación disponible y, por lo tanto, tampoco tratamientos. ¿La causa? El laboratorio Roche, que vendía la droga, dejó de hacerla y “hasta hubo que rever los vencimientos de algunas partidas para poder usarlas”, recuerda Ruiz.


Faltaron insumos, nafta para movilizar vehículos, y actualmente “el plantel de agentes sanitarios están al borde de la jubilación, están todos cerca de los 60 años”, alerta el experto. Entrenarlos para rociar viviendas con insecticidas no es fácil.

EXCLUIDOS DEL SISTEMA SANITARIO
“Hay que tener en cuenta el componente de desarrollo territorial. Respetar las culturas sí, pero incluirlos en el sistema sanitario. Sacan a la gente de su hábitat natural y la llevan a otro desconocido, pero no están ni allá ni aquí. Por eso vemos en el Chaco tanta tuberculosis, leshmaniasis, desnutrición, lepra, chagas”, grafica.

En lo que va del año se han hecho extracciones de sangre a unos 16 mil niños de menos de 15 años en la capital de Salta. Cerca del 1 por ciento dio positivo. Para Zaindenberg, los estudios deben extenderse a todos los chicos que viven en áreas endémicas, tengan síntomas o no, “porque podemos pensar, con razón, que en 30 o 40 años van a hacer cardiopatías asociadas al Chagas”.

Lo que transcribo es incompleto por eso sugiero ir al link:
http://www.renanews.com.ar/investigacion_periodistica_rena_1.php



http://new.paho.org/arg/index.php?option=com_joomlabook&Itemid=259&task=display&id=158

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