sábado, 30 de octubre de 2010

QUE LAS LÁGRIMAS NO NOS NUBLEN EL CAMINO

Estuve leyendo algo de la cosas que decía la gente con relación a los opositores al gobierno.Hay que tener en cuenta que esta muerte sorprende porque se trata de un hombre que dejaba traslucir un fuerte carácter, que no podía ser doblegado por opiniones contrarias, hubo aciertos y también errores, muchas cosas propuestas no se realizaron. Un dicho de Perón era "Mejor que prometer es realizar". La gente se confunde por la emotividad ahora Cobos y los que opinaban distinto son los malos. Esto divide al pueblo y es peligroso, aunque el que dividió al pueblo fue el mismo Kischner (divide y reinarás). Ahora hay que esperar que se calme el ambiente. La Presidenta va a tener que cambiar algunas cosas y usar la habilidad femenina para calmar los ánimos si tiene un poquito de inteligencia. La muerte no santifica a nadie, lo que hizo o dejó de hacer está a la vista de todo el mundo. Aquello de "qué bueno que era", sale a relucir en cada muerte. No nos engañemos, el respeto no significa dejar de razonar. Qué Dios lo juzgue y que descanse en paz, pero aquí queda el pueblo, con provincias hambrientas y gobernadores que no han sabido o no han querido solucionar el problema de la gente. La gente vota para ver si se encuentra una solución a la pobreza, a la falta de trabajo, a la educación y salud que no están atendidas debidamente entonces el jefe se muere y nos inunda la consternación, la emotividad y eso nubla el entendimiento.

Un político debe saber desde el principio que su camino estará lleno de discrepancias, intereses, que la economía es una balanza que a veces se inclina y generalmente son los más pobres los perjudicados y que se trata de una lucha contra fuerzas algunas veces ocultas, que no podrá solucionar todos los problemas, que somos seres humanos, un hombre no es superman, el personaje fantasioso que todo solucionaba con su propia fuerza.

Está a la vista la reacción de las grandes corporaciones, según dice Página 12, el alza especulativa de los precios de acciones y bonos fue, con todo el impudor del capital, la forma de festejar la muerte de Kirchner por parte del mundo de las corporaciones económicas. Ese recibimiento de la noticia expone como ninguna otra evaluación que el poder económico está incómodo en el presente momento político y social.

En realidad, el capital más concentrado no quiere ni le interesa participar de la experiencia de construir un sendero económico de inclusión social. En cambio, piden un control más estricto de los aumentos salariales, la reducción del gasto público y la restricción de la emisión monetaria. Todos los representantes de las principales cámaras empresarias se unifican en el reclamo de una menor intervención del Estado. Esa actitud pasiva del sector público también la proponen para el tipo de cambio para permitir una apreciación de la moneda como ancla de precios y también como ordenador económico. Esta es una de las claves de la encrucijada.

Para vencer estos poderes los argentinos deberán estar más unidos que nunca, la diferencia de opiniones no necesariamente debe crear enemigos. Es en la diferencia la manera de encontrar el camino correcto, es de esperar que la señora Presidenta tenga el apoyo necesario para que su gestión se encamine y la paz se recupere en este país bendecido por la naturaleza.

No perdamos la esperanza que es lo único positivo en este mundo tan egoísta.

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