LAS AUTORIDADES NO ANUNCIARON EL PROBABLE TSUNAMI
La pequeña isla Orrego, frente a Constitución, en el delta del río Maule, fue cubierta por las olas. Allí acampaban más de 500 personas esperando celebrar en la “noche veneciana” el fin del verano, de los que más de 150 están desaparecidas.
El tsunami que azotó la costa de la zona central de Chile y las islas del Pacífico, del cual no hubo advertencia previa en muchas ciudades y pueblos del litoral, ocasionó más muertes y desaparecidos de los que causó el terremoto de 8,8 grados en la madrugada del sábado.
Junto a la desembocadura del río Maule, la ciudad de Constitución, 365 kilómetros al sur de Santiago de Chile,minutos después del sismo, dos grandes olas, de cerca de ocho metros de altura cada una, avanzaron hasta la ciudad, una desde el sur y otra desde el norte.
Ambas olas chocaron con violencia en el océano –cuentan testigos– y como un alud líquido y oscuro se vaciaron sobre la ciudad y entraron a través del cauce del río y desde el mar. Otras dos olas cayeron después y avanzaron ocho manzanas hacia el interior. Una de las olas tenía 15 metros de altura, dicen los testigos.
Con un ruido atronador, más intenso que el del terremoto, la pared de agua fue a su paso arrastrando casas, coches, postes, árboles y personas. Una escuela, una gasolinera, un camión con acoplado: el tsunami engullía todo cual animal hambriento.
Más info: LA VOZ
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