La jornada recuerda el fallecimiento del conservacionista Hugh Hammond Bennet, un reconocido hombre de ciencia que dedicó sus esfuerzos a lograr un aumento de la producción de la tierra a través de su mayor protección y trabajó para concientizar de los beneficios de su adecuado manejo y resguardo.
Situación Mundial de la Degradación de los Suelos
Desde 1972, la principal fuerza motriz conducente a la presión sobre los recursos de tierras ha sido la creciente producción de alimentos. En el 2002 se necesitan alimentos para unas 2.220 millones de personas más que en 1972.
La tendencia que se mantuvo durante el decenio de 1985 a 1995 demostró que el crecimiento demográfico aventajó a la producción alimentaria en muchas partes del mundo. Mientras que la irrigación ha hecho importantes contribuciones a la producción agrícola, los sistemas de irrigación
deficientes pueden causar anegamiento, salinización y alcalinización de los suelos.
Según se estima, en el decenio de los ochenta se abandonaban cerca de 10 millones de hectáreas de tierra irrigadas por año. Entre las actividades humanas que contribuyen a la degradación de las tierras figuran: el uso inadecuado de tierras agrícolas, prácticas de gestión deficientes de suelos
y aguas, deforestación, eliminación de la vegetación natural, uso frecuente de maquinaria pesada, pastoreo excesivo, rotación inadecuada de cultivos y prácticas de irrigación deficientes.
En 1992 la Cumbre de la Tierra dio un paso adelante al brindar atención a los problemas relacionados con los recursos de tierras.
Las necesidades nacionales vinculadas en algunos momentos con el Programa 21 han constituido la base de las políticas relativas a los recursos de tierras, mientras que se reiteró la importancia de las cuestiones relativas a las tierras en el examen que se preparó para la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, donde se determina que las amenazas para la seguridad alimentaria mundial futura derivarán de los problemas inherentes a los recursos de tierras.
Principales causas de la degradación del suelo
ºDesmonte
ºUso del fuego
ºSobrepastoreo
ºLabranzas inadecuadas
ºFalta de rotación de cultivo
Expansión de frontera agrícola en áreas de suelos frágiles
Alcance y causas de la degradación de las tierras
Causa
580 millones de ha.
Deforestación: se han degradado vastas reservas de bosques a causa de la tala y el desmonte a gran escala para uso agrícola y urbano. Se destruyeron más de 220 millones de hectáreas de bosques tropicales entre 1975 y 1990, principalmente para la producción alimentaria.
680 millones de ha. Pastoreo excesivo: se han perjudicado cerca del 20 por ciento de las pasturas y pastizales del planeta. Las pérdidas recientes han sido más graves en África y Asia.
137 millones de ha.
Consumo de leña: se obtienen alrededor de 1.730 millones de m3 de leña de bosques y plantaciones por año. La leña representa la principal fuente de energía en muchas regiones en desarrollo.
550 millones de ha.
Gestión agrícola deficiente: la erosión hídrica causa pérdidas de suelos que se calculan en 25.000 millones de toneladas por año.
La salinización y sobresaturación del suelo afectan a cerca de 40 millones de hectáreas en el mundo.
19.5 millones de ha. Industria y urbanización: el crecimiento urbano, la construcción de caminos, la minería y la industria son factores importantes en la degradación de tierras en diferentes regiones. A menudo, se pierden terrenos valiosos para la agricultura.
LA SITUACIÓN EN ARGENTINA
La Dirección de Conservación del Suelo y Lucha contra la Desertificación a través del Programa de Acción Nacional (PAN) intenta disminuir el avance de la desertificación, por medio de la concientización y el uso sustentable de los recursos.
En Argentina el 75 por ciento del territorio está sujeto a procesos erosivos causados por las actividades agrícolas-ganaderas y forestales. La desertificación es el resultado de fenómenos naturales y de acciones antrópicas que pueden agruparse en tres grandes categorías: la deforestación, el uso desequilibrado del suelo y el mal uso de la mecanización. A medida que aumenta la degradación de las tierras, también se degrada la calidad de vida de quienes la habitan sumiéndolos en la pobreza. La desertificación se expande tan rápidamente que muchas veces la población, en su intento por sobrevivir intensifica la explotación de los recursos naturales o emigra en forma masiva a áreas más densamente pobladas, los que generalmente terminan asentándose, en la periferia de las grandes ciudades, con los costos sociales que ello trae aparejado.
La lucha contra la desertificación es un proceso lento, en la cual se deben priorizar los mecanismos técnicos y financieros necesarios para revertir la tendencia de avance de la misma, para lo cual es impostergable la cooperación mutua entre los gobiernos provinciales, los institutos de investigación, los productores agrícolas- ganaderos, forestales, organizaciones no gubernamentales y a las personas directamente afectadas.
La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable es el punto focal nacional en desertificación. Inicia en 1995 la elaboración del PAN,coordinando una discusión amplia con todas las instituciones y organismos públicos nacionales y provinciales,organizaciones no gubernamentales y asociaciones de productores relacionadas con el problema, con la finalidad de contribuir al desarrollo sustentable en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas de la República Argentina.
El Programa de Acción Nacional cuenta con el apoyo técnico y financiero del Programa de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Mecanismo Mundial (GM), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Secretariado de la Convención de Lucha contra la Desertificación, financiando un conjunto de tareas de sensibilización que fueron desarrolladas.
Fuente: Ambiente.gov.ar
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